Se está hablando mucho del qué hacer o no hacer, después de este parón económico monumental que todavía continúa. De esta situación, nosotros valoramos dos perspectivas:
- La posibilidad de reajustar el negocio hacia las nuevas solicitudes (tanto sociales como burocráticas)
- Preparar el negocio para los nuevos golpes que todavía puede llegar a sufrir.
Hay que valorar que, aparte de tener en cuenta lo que debemos cambiar o dónde re-dirigirnos a partir de ahora, dos cosas son ciertas:
-Esto puede volver a ocurrir.
-Hay que estar atentos a nuevas propuestas de negocio que hasta ahora, no habíamos tenido en cuenta y que pueden ser igual de positivas o más, si escuchamos bien a nuestros clientes y poder así, anticiparnos a las nuevas tendencias. Podríamos llevarnos alguna sorpresa con nuevos conceptos. Ya que hemos parado, hay que aprovechar y valorar: dónde quiero ir o qué voy a hacer con mi negocio.
Partiendo de esta base de posibilidades y sentido común, hay que encontrar el equilibrio. Equilibrio en poner en la medida de lo posible alineado el coste en función de la producción y si tenemos demasiada «estructura», hacer que ésta a partir de ahora pueda retro-alimentarse de otras vías de ingreso, aprovechándola y rentabilizándola aunque sea con otra marca, otro modelo de negocio, con otro objetivo, etc. Siempre valorar la premisa de coste/gasto en función de la producción con los recursos que nos dé el gobierno y los nuestros propios.
Todo el mundo está de acuerdo que la tecnología va a quedar más patente en nuestros «nuevos clientes», el tele-trabajo se instaura, hemos visto como el deporte y la alimentación son importantes y el aumento de las redes sociales, han tomado mucha relevancia en un escenario dónde los clientes estaban «confinados».
Las posibilidades a partir de aquí pueden ser infinitas:
Menús semanales bajo pedido, siguiendo pautas nutricionales, para deportistas, cliente infantil (para comedores), menús para personas que trabajan en casa, etc.
Fórmulas que pasan por la aparición de negocios mucho más concretos en la oferta que les define. Acotar a horarios rentables (donde a lo mejor es más rentable que abrir todo el día).
Valorando qué escenarios son de mayor rentabilidad que no se refiere al de mayor venta. Estamos acostumbrados a ver la venta como el número de referencia y no es así; es la rentabilidad la que marca la viabilidad del negocio.
El concepto de organización dentro de las empresas, va a cambiar hacia otros nuevos modelos, más flexibles y adaptados al medio y a no tener toda la venta en la misma línea.
Trabajos por proyectos (con una cuenta de explotación que nace y muere con él)
Búsqueda de líderes o personal formado en tareas específicas, pero que, a la vez y paradójicamente, sean polivalentes y versátiles. Menos y mejores.
Información sobre los productos y servicios que ofrecemos, con la manera de cómo éstos encajan con el medio donde se encuentran. ¿A quién me dirijo?-¿Dónde lo encuentro? , definiendo muy bien el tiro.
Más conexión emocional con las personas del interior de tu organización y del exterior de la misma (con tus empleados y clientes), más búsqueda de cohesión con los deseos de nuestros clientes, fidelización con creación de valor , en contrapartida a este mundo de individualismo tecnológico.